lunes, 25 de mayo de 2015

CINCO ESTEREOTIPOS DE LOS PROFESIONISTAS EN TRABAJO SOCIAL

CINCO ESTEREOTIPOS DE LOS PROFESIONISTAS EN TRABAJO SOCIAL.


Por: Carlos Priego,  es Licenciado en Trabajo Social por la ENTS-UNAM.  Trabajador Social
por vocación y escritor por pasión, ha colaborado en revistas como: Cachún, Revista 012 y
Revista Digital Jus.


Cuando uno estudia o ejerce la profesión en Trabajo Social, suele encontrarse con
aquellos viejos estereotipos arraigados en el grueso de las sociedades, por
desconocimiento del quehacer profesional en esta profesión. Algunos de estos
prejuicios son herencia de nuestros colegas antecesores; quienes en sus inicios,
no dimensionaron nunca la gravedad de la situación; pero algunos otros, son a
causa de la falta de empoderamiento en el gremio que ejercemos, y eso
solamente es culpa nuestra.
A través de un ejercicio de reflexión por medio de la red social Facebook, se
consultó en general a varios colegas de diferentes géneros y residentes de
diversas entidades federativas en México: ¿Cuáles consideraban que son los
estereotipos y estigmas sociales en la profesión de T.S? De lo anterior, surgieron
diversas respuestas; entre las cuales se tomaron cinco; las de mayor
representatividad a mi consideración. No esperando herir la susceptibilidad de
cualquier lector o lectora. Simplemente es la conjunción de un ejercicio sobre la
voz popular de quienes respondieron la pregunta que, tal vez no vaya distante de
la realidad.
En resumen de cuentas, usted tiene la mejor opinión para poder integrar algo de
sensibilización y autocrítica sobre nuestro quehacer profesional cotidiano.
1- ¿Las y los trabajadores somos seres de luz o santos?
De las distintas publicaciones en redes sociales, spots e incluso charlando con
colegas en conferencias y espacios educativos, he llegado a percibir posturas que,
hacen referencia, citando a las y los trabajadores sociales como “Seres de luz”. A
partir de esto, se podría incluir un sinfín de debates, hasta burlas por lo literario y
Cohelista de los comentarios. Aunque la disciplina de las Ciencias Sociales tiene
diferentes posturas sobre su percepción, sin llegar a ponernos de acuerdo hasta el
momento. Así que situémonos en un punto medio y objetivo para analizarlo.
Si tomamos la idea de Trabajo Social, como una disciplina arraigada estrictamente
con lo social, e incluso tiene un fuerte enfoque humanista; porque sus teorías
planeaciones y ejecuciones se enfocan únicamente al trabajo con seres humanos.
Los cuales, en ese sentido, somos seres que cotidianamente exponemos angustia
y necesidades, al no satisfacer las mismas. Seria irónico como profesionales que,
a diario ejercemos la mediación entre personas debatidas para satisfacerlo todo o
nada; podamos orquestar nuestras labores, con base en la magia y lo luminoso.
Actividad que podemos llevar a razón de la fe que ejerzamos, sobre la
sensibilización espiritual que tengamos cada uno de nosotros en el interior, y no a
través del perfil de la profesión.
Tal vez en un plano literario, podríamos considerar a los profesionales en Trabajo
Social, como aquellos intermediarios con las personas de mayores barreras y
vulnerabilidad a nivel social y económico. De ahí la connotación “mágica” de
nuestra labor; aparentemente filantrópica, como se visualiza en el común
denominador de las sociedades. No obstante la realidad se distancia de eso; las y
los trabajadores sociales somos intermediarios entre la angustia que deviene los
seres humanos, y las necesidades que comienzan a nivel individual e impactar a
nivel colectivo. Quedando simplemente como orientadores, investigadores,
gestores, planificadores y evaluadores de las problemáticas de carácter social, y
no como chamanes de las Ciencias Sociales.
2- ¿Las y los trabajadores, solo laboramos en el sector salud o
educativo?
En el común denominador de las sociedades, se vislumbra al profesionista en
Trabajo Social, como aquella persona que se encuentra detrás de un mostrador en
un hospital u orientando jóvenes en algún centro educativo. Las colegas vestidas
de filipina o bata representan este estereotipo social que, es el más común de
todos
Recordemos que en los inicios de la profesión, la cual, no es demasiado longeva;
las funciones de los profesionistas en Trabajo Social, se gestaban en centros para
menesterosos e instituciones de salud. Quizás este eje laboral, es el que agrupe
mayor cantidad de trabajadoras y trabajadores sociales; por la premisa de que en
cualquier comunidad, ciudad o región, es indispensable contar con un centro
hospitalario. Del mismo modo como con los hospitales, las escuelas son
indispensables a cualquier nivel regional; percibiendo con facilidad a la orientadora
en el estereotipo de la escuela que, pasa sus horas llenando citatorios,
entrevistando a padres y madres de familia, u orientando jóvenes adolescentes.
A pesar de lo antes referido, podemos encontrar a trabajadoras y trabajadores
sociales en: ONG, A.C, I.A.P, escaños políticos y sociales, sector privado o
público. En donde existan necesidades de carácter humano, debe estar presente
un profesional en Trabajo Social. Con base en este última reflexión, imagina en
cuantos ámbitos podríamos estar inmersos; pero eso, solo podrá conseguirse con
el esfuerzo que le dediquemos al gremio, para dar a conocer para los demás,  el
campo de acción donde nos podemos desempeñar profesionalmente, y las
funciones que podemos ejecutar.
3- ¿Las y los trabajadores sociales estamos para ayudar a los pobre?
Recordando mis clases en tiempos universitarios, en la Escuela Nacional de
Trabajo Social, cuando en Desarrollo Histórico del Trabajo Social, escuchaba a la
Doctora Aida Valero Chávez, analizar los inicios de la profesión, a través de la
filantropía y la caridad, nos remonta a este tercer estereotipo planteado. Los que
ejercemos Trabajo Social, en mayoría, estamos inmersos laboralmente en
contextos donde la pobreza está al alcance, e incluso nosotros mismos somos
parte activa de esa realidad.
La filantropía en un estricto y literario sentido del Trabajo Social, es un “sacrilegio”,
ya que en la ética misma de la profesión no la permite ejercer. No por el enfoque
negativo que pueda acarrear la filantropía, sino que la esencia misma del Trabajo
Social, no es enfocada a tenderle la mano al pobre, o al menesteroso por amor al
ser humano. La finalidad de quienes aportamos nuestro trabajo a la profesión;
radica en ser mediadores entre las necesidades y problemáticas de los seres
humanos, a través de la búsqueda de herramientas y estrategias para superar las
barreras a nivel individual o colectivo.
Así que la próxima vez que llames filantrópico a un profesional del Trabajo Social,
o lo felicites por ser tan piadoso y ayudar a los menos afortunados; ten la certeza
de que este, se sentirá ofendido.
4- ¿Las y los trabajadores sociales, solo nos dedicamos a realizar
Estudios Socioeconómicos y Visitas Domiciliarias?
Cuando egresamos del colegio, escuela o facultad salimos con la expectativa
revolucionaria de trasformar a la sociedad; pero la primera barrera que se
interpone en nuestro camino, es el tormentoso campo laboral imperante. ¿Cuántos
de ustedes no ha sido tentado, o laborado en alguna empresa que se dedica a
hacer ESE? Corno todo inicio, la necesidad nos ve obligados a desempeñar
nuestras funciones en estos despachos, consultorías o giros explotadores de
sociólogos y trabajadores sociales.
La insuficiencia de empleos en las naciones latinoamericanas, con la ausencia de
experiencia laboral al egresar de las aulas de clase y un mercado laboral superfluo
y obsoleto; repleto de carencias económicas y seguridad social nos situa como
víctimas de la desigualdad laboral. Honorarios de risa y salarios raquíticos, son el
pan de cada día en las empresas privadas, pero… ¿Esa es la única oportunidad
que se nos ofrece como primer acercamiento laboral? Desafortunadamente aún
existe desconocimiento social de nuestras funciones y perfil profesional; gran parte
de este infortunio lastimosamente es culpa nuestra, al carecer de empoderamiento
a nivel gremial.
Existen diversos espacios que van surgiendo con el esfuerzo e impulso de muchos
colegas, pero hacen falta mayores espacios de trabajo. Como ejemplo de lo antes
referido, podemos situar dos escenarios: ¿Cuantas veces has visto a
profesionales de otras ciencias o disciplinas, haciendo funciones de Trabajo Social
en instituciones o empresas? El segundo escenario se refleja en lugares como la
Ciudad de México, donde existen diversas Escuelas, Facultades y Colegios de
Trabajo Social con cantidades excesivas de egresados, en contra posición de la
angosta oferta laboral. Como consecuencia fructifica el desempleo de masas, y es
aquí donde se devalúan los salarios, con el surgimiento de empresas dedicadas a
los ESE y Visitas Domiciliarias.
5- Trabajadoras sociales, no sexuales.
De los puntos que analizamos anteriormente, a mi entender es el peor de todos,
pero sucede. Muchas y muchos de ustedes lo dudaran, e incluso podrán
acusarme de locura; pero es tal el desconocimiento de nuestra profesión que
existen personas confundidas respecto del Trabajo Social. Hasta el grado de
asimilarlo e igualarlo con el trabajo sexual; ejercido por las trabajadoras sexuales,
prostitutas, etc. y no es que sea una mala profesión, el trabajo sexual merece el
respeto de quienes lo ejercen. Simplemente no es igual la una de la otra.
Como anecdotario les dejaré una historia que aprecié con mis sentidos, hace
algunos años, haciendo trabajo comunitario, en el estado de Guanajuato. En una
sesión de trabajo con Padres de Familia, en educación básica; un señor se acerca
a un par de colegas al finalizar la sesión de trabajo, y les comenta: “Oigan
señoritas, buena es la labor que realizan, porque las trabajadoras sociales siempre
se la pasan en las esquinas o afuera de las cantinas, atendiendo a sus clientes.
Las felicito…” Las colegas fúricas y enrojecidas expusieron una sonrisa burlona,
falsa e insípida frente al señor. Tras la marcha de la persona desorientada,
comenzaron los improperios, ofensas y alusiones a la progenitora de, quien pensó
haber hecho un cumplido.     
Espero que las anteriores líneas nos hayan servido de reflexión, y así mejorar
cada día como profesionales. Para no enfrentarnos a este tipo de estereotipos
muy comunes en el Trabajo Social, o frente  algunos mas que no hayamos citado
y que pueden ser cotidianos en nuestras vidas.




Carlos Priego contacto:
Twitter: @priego_carlos 
Correo: cpriegomtz@gmail.com

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